Susy Díaz consiguió recuperar la propiedad que había estado disputando durante años con una inquilina que no pagaba: "Se fue sin pagar"

Susy Díaz

Susy Díaz, reconocida figura pública, finalmente ha logrado recuperar la posesión de su departamento en La Molina después de una prolongada disputa con su inquilina, conocida como la ‘vecina del 303’. Esta mujer ocupó el inmueble durante años sin pagar renta alguna, y al desocuparlo, dejó el departamento en un estado lamentable con evidencias de prácticas esotéricas.

El proceso de recuperación fue arduo para Susy Díaz, quien registró en video la salida de la inquilina morosa. Las imágenes revelaron un notable deterioro en la propiedad, con puertas dañadas, un fuerte olor desagradable y diversos objetos relacionados con rituales esotéricos. Según relató Díaz, esta situación no solo afectó su propiedad, sino también su bienestar emocional.

La historia entre Susy Díaz y su inquilina problemática comenzó hace varios años, sin un contrato formal que regulara su acuerdo de arrendamiento. Confíando en la palabra de la ocupante, la exvedette se vio sorprendida cuando esta dejó de pagar el alquiler y se negó a desocupar el departamento.

El abogado de Susy Díaz, Israel Castillo, explicó en el programa ‘Todo se filtra’ que la falta de un contrato escrito complicó la situación. "La señora se dio cuenta de que no podía dilatar más el proceso y finalmente prefirió irse. Abusó de la confianza de Susy Díaz", señaló Castillo.

La recuperación del departamento no solo implicó el desalojo de la inquilina, sino también enfrentarse a las desastrosas condiciones en las que quedó la propiedad. Susy Díaz documentó todo este proceso en video, mostrando a sus seguidores el estado deplorable en el que encontró su hogar: puertas destrozadas, un ambiente cargado y múltiples objetos esotéricos que indicaban la práctica de brujería.

En el programa ‘América Espectáculos’, Susy Díaz expresó: "Es un problema que he tenido desde hace un año. Llevé a mi abogada y le pedí amablemente que desocupara. Ella tiene dos calaveras y está haciendo daño para que me pelee con mi hija. Siento la mala vibra, la mala energía".

Uno de los aspectos más preocupantes de esta historia es la acusación de Susy Díaz sobre la práctica de brujería por parte de la inquilina. Según sus declaraciones, la mujer utilizaba objetos esotéricos y realizaba rituales con la intención de causarle daño. Entre los objetos encontrados en el departamento había dos calaveras, que, según Susy, eran utilizadas para sembrar discordia y malas energías en su vida y en su relación con su hija.

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